Por Juan Dávila Tovar| 21 de julio del 2021

Sr. gobernador de Coahuila, vi atento la entrevista de 60 minutos que Tele Saltillo le hizo el día 14 de julio del presente año. Sinceramente me pareció más bien un espacio de propaganda y autoelogio que ejercicio periodístico. Por momentos me confundí pues no sabía si en la charla describía a Suecia o Coahuila.

Si la entidad es ejemplo nacional siempre y con tantos primeros lugares mencionados no entiendo por qué, abusando del cliché, estamos como estamos. Aunque sí comprendo que políticamente le es más cómodo acudir a estas plataformas que a las que analizan con objetividad y profundidad su administración.

Respecto a los distintos asuntos que fue a publicitar en el medio de comunicación, destaco uno: la consulta popular del próximo 1 de agosto. Me interesa polemizar algunas ideas que esgrimió ahí para sustentar su negativa a participar en la votación. Lo hago porque creo que Miguel Ángel Riquelme Solís tiene derecho a su ignorancia, pero de ninguna manera como gobernador a propagarla.

Dice que nuestra entidad tiene problemas mucho más importantes que atender y que resolver que acudir a la consulta.

México es todo o no lo es, gobernador. Los problemas que tienen los coahuilenses son locales pero también nacionales, de hoy y del pasado que no fueron resueltos. Por responsabilidad con su encargo no debería descreditar tan rudimentariamente la legitima aspiración de ciudadanos organizados del estado para atender asuntos de su país. Además, siendo únicamente un administrador publico temporal no encuentro razón para que se estime dueño de las prioridades, voluntad y tiempo de los habitantes de Coahuila.

Menciona usted que al proceso electoral del 6 de junio la gente acudió a sufragar porque la Constitución establecía elegir diputados federales y alcaldes pero que provocar otra movilización sería un gasto inútil.

Gobernador, cuando cita el pasado proceso electoral pareciera estar diciendo que la consulta no tiene fundamento legal pero le informo que la misma Constitución que alude, en el artículo 35 establece el derecho a votar en las consultas populares y que estas pueden ser convocadas por el Presidente de la República, el Congreso de la Unión o los ciudadanos.

Respecto a lo que considera como gasto inútil, sepa que no hay recurso extra asignado, el proceso será solventado con el presupuesto anual que ya tenía el INE; pero quizá el tema de los dineros sea cuestión de perspectivas y prioridades, yo por ejemplo creo que gasto inútil son los más de 500 millones de pesos que gasta en publicidad su gobierno o los miles de millones dados a bancos por intereses de la deuda estatal sin que disminuya.

Luego asegura que el 1 de agosto se votará por una pregunta que se le ocurrió al Presidente y que esos temas pueden ser juzgados en otra vía y no en una consulta pública. Existen las instituciones para poder enfrentar ese tipo de cosas, dice.

Exhibe su desinformación sobre la consulta pues la pregunta final fue redactada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no por Andrés Manuel López Obrador. Y cuando habla de utilizar otras vías supongo que se refiere al poder judicial con su 95% de impunidad porque probablemente desconoce el historial de denuncias ciudadanas contra sus gobernantes en México y el extranjero.

Gobernador, en los 60 minutos de su publicidad dedicó 3 a despreciar con arrogancia lo que consideró “una pérdida de tiempo”. Así sintetizó un tema de relevancia democrática para los mexicanos, lamentable pero sin duda su declaración sirve para evidenciar su despreció al pueblo organizado e informado tomando partida en los asuntos públicos de la República.

Concluyo enviándole respetuosamente este mensaje: es irrelevante si usted como ciudadano va a votar o si desestima la reflexión individual del tema, lo grave es que como funcionario cierre el debate colectivo haciendo promoción a su postura personal y fomente la abstención ante la prensa propagandística local.

Como es evidente que usted no logró distinguir que estamos ante un instrumento absolutamente legítimo, legal y propio de una democracia participativa, se lo digo yo, sepa también que la consulta no es necesariamente una apelación a procesos judiciales sino un reclamo popular de verdad y justicia por vías institucionales sobre hechos históricos lamentables del régimen anterior; es una salida política y pacífica del malestar ciudadano ante la acumulación de agravios, saqueos, desigualdad y violencia que ocasionó su partido el PRI y el PAN en su época.

Se llama justicia transicional y sus efectos en la vida pública son relevantes para la construcción de paz y la consolidación de una nueva etapa de México. Un proceso así no le vendría mal a Coahuila después del Moreirato.